xAI requiere datos biométricos de empleados para entrenar a la polémica novia AI

xAI used employee biometric data to train Elon Musk’s AI girlfriend

Puntos clave

  • xAI presentó Ani, un chatbot de inteligencia artificial orientado a adultos para los suscriptores de SuperGrok.
  • A los empleados se les pidió que proporcionaran datos faciales y de voz para entrenar al bot.
  • Los trabajadores tuvieron que firmar un formulario de liberación que otorga a la empresa una licencia perpetua y libre de regalías para utilizar sus semejanzas.
  • El programa interno se llamó "Proyecto Skippy".
  • Varios empleados expresaron preocupaciones de privacidad y malestar con la naturaleza sexual del bot.
  • xAI describió la participación como un requisito laboral esencial para su misión.
  • La controversia plantea preguntas más amplias sobre el uso de datos biométricos y la ética de la inteligencia artificial.

La empresa xAI de Elon Musk ha solicitado a su personal que proporcione datos faciales y de voz para entrenar a su nueva compañera de inteligencia artificial, Ani, un chatbot con temas sexuales ofrecido a los suscriptores de SuperGrok. A los empleados se les informó que la participación era un requisito laboral, firmando formularios de liberación que otorgan a la empresa una licencia perpetua y libre de regalías para utilizar sus semejanzas.

Antecedentes

La empresa de inteligencia artificial de Elon Musk, xAI, presentó un chatbot de estilo anime llamado Ani, con un avatar de cola de cerdo rubio y un entorno orientado a adultos. Ani está disponible para los usuarios que se suscriben al servicio SuperGrok de $30 al mes y se promociona como una versión moderna de una línea de sexo por teléfono.

Controversia sobre el consentimiento de los empleados

Según una grabación revisada por The Wall Street Journal, la abogada de xAI, Lily Lim, informó a los empleados en una reunión de abril que necesitarían proporcionar sus datos biométricos, caras y voces, para entrenar a Ani y a otras compañeras de inteligencia artificial. A los trabajadores asignados como tutores de inteligencia artificial se les pidió que firmaran formularios de liberación que otorgan a xAI "una licencia perpetua, mundial, no exclusiva, sublicenciable y libre de regalías" para utilizar, reproducir y distribuir sus semejanzas. El proyecto interno se llamó "Proyecto Skippy".

Varios empleados se negaron a cumplir con el requisito, temiendo que sus imágenes podrían ser vendidas a terceros o utilizadas en videos de deepfake. También expresaron incomodidad con el comportamiento sexual del chatbot y su semejanza con una "waifu". A pesar de estas preocupaciones, la empresa presentó la recopilación de datos como un "requisito laboral para avanzar en la misión de xAI".

Implicaciones

Este movimiento plantea importantes preguntas de privacidad y ética sobre la recopilación de datos biométricos ordenada por el empleador, especialmente para contenido que es explícitamente adulto. Si bien xAI argumenta que los datos son necesarios para hacer que Ani sea "más humana" en sus interacciones, los críticos se preocupan por el potencial de mal uso de las semejanzas de los empleados y el impacto más amplio en la gobernanza de la inteligencia artificial. La situación destaca las tensiones en curso entre el desarrollo rápido de la inteligencia artificial y la protección de los derechos individuales en los lugares de trabajo de la tecnología.

#xAI#Elon Musk#Ani#novia AI#datos biométricos#privacidad de los empleados#Proyecto Skippy#SuperGrok#deepfake#ética de la inteligencia artificial

También disponible en: