Los robots podrían reducir la ansiedad por la lectura en los niños, según un estudio

Robots Could Help Kids Conquer Reading Anxiety, a New Study Suggests

Puntos clave

  • El estudio involucró a niños de ocho a once años leyendo historias cortas en voz alta.
  • Tres condiciones se probaron: lectura en solitario, a un adulto humano y a un robot social llamado Misty.
  • Las medidas fisiológicas (estabilidad de la voz, frecuencia cardíaca, temperatura facial) mostraron una reducción de la ansiedad con el robot.
  • Las puntuaciones de comprensión permanecieron sin cambios en todas las condiciones.
  • Los estudiantes describieron al robot como una audiencia menos juzgadora y de baja presión.
  • Los hallazgos indican que los robots podrían servir como amortiguadores emocionales en entornos de aula.
  • Se necesita más investigación para evaluar los efectos a largo plazo en la confianza y el aprendizaje.

Un estudio reciente que involucró a niños de edad elemental descubrió que leer en voz alta a un robot social redujo los signos fisiológicos de ansiedad en comparación con leer solo o a un adulto humano. El experimento midió la estabilidad de la voz, la frecuencia cardíaca y la temperatura facial, encontrando respuestas más calmadas cuando el robot era el público. Las puntuaciones de comprensión permanecieron sin cambios, lo que sugiere que la presencia del robot redujo el estrés sin afectar los resultados del aprendizaje. Los investigadores proponen que los robots sociales podrían servir como oyentes de baja presión en entornos de aula, ayudando a los estudiantes a construir confianza en tareas de habla en público.

Antecedentes y propósito

Leer en voz alta frente a los compañeros de clase puede generar nerviosismo en muchos niños, lo que potencialmente puede obstaculizar la confianza y el rendimiento. Para explorar si una audiencia no humana podría aliviar este estrés, los investigadores realizaron un estudio con niños de ocho a once años. La investigación comparó tres condiciones de lectura: lectura en solitario, lectura a un adulto humano y lectura a un robot social llamado Misty.

Metodología

Los participantes leyeron historias cortas mientras los investigadores grababan indicadores fisiológicos de ansiedad, incluyendo la estabilidad de la voz, la frecuencia cardíaca y la temperatura facial. Estas medidas objetivas se utilizaron en lugar de sentimientos autoinformados, que los niños pueden subestimar. El estudio tenía como objetivo ver si la presencia del robot produciría respuestas fisiológicas más calmadas.

Hallazgos clave

Los datos mostraron que los niños exhibieron menos signos de ansiedad cuando leían al robot. Sus voces eran más estables, las frecuencias cardíacas más bajas y las temperaturas faciales más frescas en comparación con la condición de adulto humano. A pesar de la reducción del estrés, las puntuaciones de comprensión permanecieron consistentes en los tres entornos, lo que indica que el efecto calmante del robot no disminuyó el aprendizaje.

Los estudiantes describieron al robot como "lindo", "divertido" y "una audiencia menos estresante". Un participante señaló que el robot no podía sentirse enojado, lo que redujo el miedo al juicio. Aunque no todos los niños les gustaba la voz mecánica o la cara sin expresión del robot, la mayoría prefirió al robot sobre un oyente humano por su falta percibida de reacción emocional.

Implicaciones

Los hallazgos sugieren que los robots sociales podrían funcionar como amortiguadores emocionales en entornos educativos, ofreciendo una plataforma de baja presión para que los niños practiquen la lectura en voz alta y otras tareas de habla. Al reducir la ansiedad sin comprometer la comprensión, los robots pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar confianza en situaciones que típicamente provocan nerviosismo.

Límites y direcciones futuras

El estudio se centró en ejercicios de lectura cortos y midió respuestas fisiológicas inmediatas. Se necesita más investigación para determinar si la exposición prolongada a audiencias de robots puede producir mejoras duraderas en la confianza lectora o resultados académicos más amplios.

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